diciembre 8, 2025
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Su tierra estaba en llamas y su casa destruida, pero Anwar se negó a irse. Sólo en primavera, cuando el hambre devoraba el enclave palestino, la joven treintañera (no quiso revelar su apellido), obligada a cambiar de residencia doce veces desde la masacre del 7 de octubre de 2023 en el origen de la guerra entre Israel y Hamás, decidió pedir la evacuación del consulado francés para terminar sus estudios. Los habitantes atrapados de Gaza sólo tienen esta vía de escape para abandonar el territorio a la espera de que se materialice la reapertura del cruce de Rafah, anunciada por Israel el miércoles 3 de diciembre.

El webmaster Anwar fue aceptado, en julio de 2025, para realizar una maestría en “realidad virtual y aumentada” en la Universidad de Lille. Su maestro lo está esperando. Pero su expediente sigue bloqueado. ¿Para eso? Ella lo ignora. “Los criterios de selección cambian, nunca nada está claro o significativo. La cuestión de la partida es dolorosa para estos estudiantes cuyas familias siguen atormentadas por el recuerdo de la Nakba, una partida sin retorno. Las autoridades francesas no se dan cuenta de su angustia”se queja Anne Christine Habbard, profesora de filosofía en Lille y presidenta de la asociación Solidaridad Académica con Palestina. Los estudiantes, artistas y doctorandos contactados describen esta espera sin respuesta. Entre el momento de la solicitud y la salida efectiva, las autoridades consulares reconocen que, en ocasiones, la lista de candidatos a la salida evoluciona en función de los nacimientos y, sobre todo, de las defunciones.

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