La vida es demasiado corta para leer malos libros a menos que, como al autor de estas líneas, te paguen por hacerlo. Por eso pasamos la tarde del domingo con el diario de un prisionero Por Nicolás Sarkozy. Un libro que también podría haberse titulado “Sarkozy descubre que la prisión no es el Club Med.. Tienes que infligirte a ti mismo estas páginas en las que esta versión de Solzhenitsyn en la versión Wish se queja de las paredes grises del Salute, de su ducha sin chorro de agua, del pequeño gimnasio, de la dureza de su colchón, del espejo demasiado bajo de su celda o incluso del ruido que hacen los demás presos. A lo largo de su carrera política, al expresidente todavía le gustaba envanecerse y asegurar que los presos no necesitaban ser mimados.
A lo largo de su libro,