Y tras la Fiscalía de Catanzaro llega también el Tribunal de Cuentas que, en el marco de la investigación sobre el las listas de espera supuestamente privatizadas por “Renato Dulbecco”ordenó la incautación de más de 9 millones de euros pagados por 11 personas. Se abre un nuevo capítulo en la investigación que, en los últimos meses, ha desbordado al departamento Oftalmología del Hospital Universitario de Catanzaro. De hecho, por delegación de la Fiscalía General del Tribunal de Cuentas, la provisión fue realizada por la Unidad de Policía Económica y Financiera de Catanzaro.
Los destinatarios son el médico jefe Vincenzo Scorcia y la secretaria de su consultorio privado Maria Battaglia. Pero también la jefa de enfermería Laura Logozzo y los médicos Giuseppe Giannacare, Adriano Carnevali, Rocco Pietropaolo, Andrea Lucisano, Andrea Bruni, Eugenio Garofalo, Giorgio Randazzo y Maria Aloi.
Para cada uno de ellos, el Tribunal de Cuentas ha planteado hipótesis de comportamiento variado Daño al flujo de caja vinculado al cobro indebido de compensaciones de exclusividad y salarios indebidos.es decir, en la negativa a devolver los ingresos del trabajo por cuenta propia realizado ilegalmente, en la “privatización” del servicio público y en la apropiación de la propiedad pública para fines privados.
De ahí la solicitud, aceptada por el presidente de la sección jurisdiccional del Tribunal de Cuentas de Calabria, de un embargo preventivo por un importe superior a 9 millones de euros. De ellos, 6,2 millones son impugnados por el jefe de enfermería Scorcia (incluidos 2,3 conjuntamente con el secretario y el jefe de enfermería). En cuanto a otros litigios, se incautaron 280 mil a Giuseppe Giannaccare, 83 mil a Adriano Carnevali, 350 mil a Rocco Pietropaolo, un millón y 288 mil a Andrea Lucisano, 357 mil a Andrea Bruni, 463 mil a Eugenio Garofalo, 70 mil a Giorgio Randazzo y 29 mil a Maria Aloi.
La investigación derivó en arresto domiciliario el pasado mes de julio, luego cancelado por la Revista, por el jefe del departamento Vincenzo Scorcia y su secretario acusado de concierto para delinquir, malversación, extorsión, estafa agravada e interrupción del servicio público y, el médico, de mentira ideológica y autoblanqueo.
Según se desprende de las investigaciones de la fiscalía de Catanzaro, dirigida por el fiscal Salvatore Curcio, en el departamento de oftalmología de la empresa Dulbecco vigev.a la gestión “privada” de las listas de esperacon visitas privadas pagadas para evitar la lista de espera y ascender en la clasificación de las cirugías, alimentando así un sistema privado de reservas y servicios prestados de forma gratuita.
Para los magistrados contables, hubo “una sistema consolidado mediante el cual los médicos del equipo realizaron operaciones quirúrgicas a pacientes previamente visitados a cambio de una remuneración en el marco del ejercicio de la citada actividad privada extrainstitucional, garantizándoles un trato “privilegiado” respecto a los pacientes ambulatorios habituales”. De esta forma, se habrían eludido “las listas de espera oficiales” y se habrían socavado “los principios de transparencia y equidad de la salud pública”, todo ello mientras se “utilizaban plenamente los recursos hospitalarios para estas operaciones quirúrgicas”.
El daño fiscal, hipotecado por el Tribunal de Cuentas, llevó así a las cifras monstruos del embargo cautelar. La provisión de jueces de contabilidad no constituye una atribución de responsabilidad. Más bien, su objetivo es inmovilizar los bienes muebles e inmuebles de los sospechosos e impedir que sean vendidos o dispersados antes de una decisión final sobre el fondo. Evidentemente, al final del juicio, los médicos involucrados en la investigación “Short Cut” fueron declarados culpables y en consecuencia condenados a pagar una indemnización al Tesoro Público y a la Universidad “Magna Grecia”. Sin embargo, durante este tiempo, Una vez sellados, se abrirá también el contrainterrogatorio ante el Tribunal de Cuentas..