La UE ha creado una base importante para el uso de los activos estatales rusos para Ucrania. 25 de los 27 estados miembros votaron a favor de prohibir indefinidamente la transferencia de fondos de la UE a Rusia. Hungría y Eslovaquia votaron en contra. En concreto, el objetivo principal del proyecto es evitar que un país como Hungría inicie la liberación de fondos congelados vetando las decisiones de la UE sobre sanciones. Los fondos del banco central ruso están actualmente congelados mediante decisiones de sanciones de la UE, que deben ampliarse por unanimidad cada seis meses.
Esta regulación se considera un obstáculo al plan de utilizar los fondos para préstamos a largo plazo a Ucrania y permitir el reembolso a Rusia sólo si el país realiza pagos de reparación después del final de la guerra de agresión contra Ucrania. La decisión, adoptada ahora mediante procedimiento escrito, fue adoptada por mayoría en contra de los deseos de Hungría y Eslovaquia. Los dos países argumentan, entre otras cosas, que las acciones de la UE podrían torpedear los esfuerzos del presidente estadounidense Donald Trump para poner fin a la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania.
Para asegurar el dinero ruso indefinidamente, Alemania y los estados de la UE que lo consienten se basan en el artículo 122 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Se espera que, en caso de dificultades económicas graves en la UE, la llamada mayoría cualificada pueda decidir las medidas adecuadas.
El canciller Friedrich Merz y otros partidarios del plan esperan convencer al primer ministro belga, Bart De Wever, a más tardar en una cumbre de la UE la próxima semana, de que acepte el uso de fondos rusos. Sin Bélgica, la realización de este proyecto se considera extremadamente difícil porque la mayor parte de los fondos rusos destinados a Ucrania son gestionados por la empresa belga Euroclear. Esto supone alrededor de 185 del total de 210 mil millones de euros en la UE.
Hasta ahora, el gobierno belga ha bloqueado el plan, alegando riesgos legales y financieros. Entre otras cosas, ve el peligro de que Rusia tome represalias contra particulares y empresas europeas y, por ejemplo, lleve a cabo expropiaciones en Rusia.
De Wever mencionó recientemente tres condiciones previas para que Bélgica pueda participar, independientemente de los peligros. Por tanto, es necesario garantizar que todos los riesgos posibles sean compartidos y que, desde el primer momento de ejecución del plan, existan garantías financieras suficientes para hacer frente a las posibles obligaciones financieras.