Dos soldados ucranianos sobrevivieron 165 días en condiciones extremas en el frente de Zaporizhia. El hambre, la sed y los constantes ataques con drones rusos han convertido su misión en una tortura.
Oleksandr Tishaiev y Oleksandr Aliksieienko sobrevivieron 165 días en el frente de Zaporizhzhia, en condiciones casi inimaginables. Se suponía que su misión duraría sólo un mes, pero los drones rusos hicieron imposible su reemplazo.
Según el Kyiv Independent, los drones vigilaron cada movimiento y destruyeron los suministros de alimentos y agua. Después de sólo dos semanas, los suministros se agotaron. Para evitar morir de sed, los hombres exprimieron el líquido de toallitas húmedas. “A menudo teníamos que decidir: comer o simplemente sobrevivir”, recuerda Tishaiev.
Hambre, miedo y presión constante
Durante meses, los soldados ucranianos han vivido con el temor constante de sufrir ataques. Las tropas rusas utilizaron específicamente drones para localizar y disparar contra sus posiciones. Según el Kyiv Independent, los hombres tenían que cambiar constantemente de ruta para evitar ser detectados.
Dormir era casi imposible porque incluso en silencio la tensión seguía siendo insoportable. Se pusieron sus chalecos protectores, que pesan diez kilogramos, y lucharon contra el cansancio y la deshidratación. Sólo una espesa niebla del 28 de octubre les permitió escapar de la posición.
“No vale la pena sacrificar vidas humanas”
Tras el rescate, los soldados informaron sobre las consecuencias físicas y mentales de su misión. Ambos están mejorando, pero las experiencias los persiguen hasta el día de hoy. “Es mejor ceder cien metros de tierra que sacrificar vidas humanas”, afirmó Tishaiev. Los soldados esperan que en el futuro estas misiones puedan planificarse mejor para que nadie tenga que soportar tanto tiempo como ellos.