Estar presentes en el séptimo episodio de Bailando con las estrellas nos permitió en ilGiornale.it vivir emociones, entusiasmo y detalles que se nos escapan de casa, desde detrás de escena hasta pequeños descontentos, como el lamento de Marcella Bella, que dijo haber sido un poco maltratada por el jurado (mira el vídeo). Monica Guerritore rindió homenaje a Anna Magnani en el papel de bailarina durante una velada, Paolo Belli ganó dedicando la coreografía a su esposa, recientemente recuperada de una grave enfermedad, Francesca Fialdini abordó el estilo libre con un pie y Barbara d’Urso habló de las dificultades de criar a dos hijos sola.
El octavo episodio promete nuevos giros, empezando por el desempate entre Filippo Magnini, Marcella Bella y Andrea Delogu (que volverá a escena tras una terrible pérdida familiar). Al final del séptimo episodio del programa, prácticamente a altas horas de la noche, nos dirigimos directamente a las azafatas – Milly Carlucci y Paolo Belli (todavía copresentadores del programa y sólo este año bailarín-competidor) para pedirles que nos contaran y profundizaran sus emociones y lo que sucede durante los ensayos y durante la semana de preparación…
“¿Sorpresas? Muchas, todas diferentes”
Milly Carlucci habla primero, subrayando las emociones de esta edición: “Ha habido muchas sorpresas. La señora Coriandoli (ed. Maurizio Ferrini), por ejemplo, salió esta noche pero fue una revelación. No imaginábamos que pudiera mantener una relación tan fuerte con el público”.
Paolo Belli se hace eco de él, confirmando la atmósfera única que reina detrás de escena: “Cada semana hay algo que sorprende, que te conmueve por dentro. Es un desafío constante”.
Carlucci habla luego de la generosidad de los competidores: “Sus historias personales fueron un regalo, especialmente esta noche las de Barbara d’Urso y Paolo Belli tocaron mi corazón. Luego hubo momentos en los que las actuaciones me conmovieron mucho”.
La danza como gesto del corazón.
Ambos coinciden en que el baile aquí va más allá del gesto técnico.
“No se trata sólo de atletismo o arte”, dice Milly. “Es un gesto del corazón, se convierte en un vínculo, una forma de sinceridad”.
Paolo asiente y añade: “El baile y la música resaltan quién eres realmente. A veces se destacan los días positivos, a veces los días negativos, pero siempre es genuino”.
¿La revelación? Para Milly es Paolo
Cuando le preguntamos a Milly quién es la revelación de la temporada, la presentadora sonríe:
“Hay varios, pero la revelación para mí es Paolo Belli. Esta noche me llenó de orgullo. Él trajo al escenario la fuerza de una relación que ha durado 45 años. Hoy, todo se consume rápidamente, pero dijo que las conexiones reales existen y no son aburridas ni se dan por sentado”.
Belli, un poco avergonzado, resta importancia: “Sólo hice lo que sé hacer: poner mi alma en ello y, en el caso de mi historia personal, mucha cercanía, presencia y amor por mi esposa”.
Coreografías que te ponen a prueba
Milly no deja de mencionar el trabajo de los maestros: “¡Son terribles! Llevan a los competidores más allá de sus límites. Es hermoso, pero también desestabilizador”.
Pablo lo confirma: “Su terquedad, su seriedad y su dureza son lo que nos hace crecer. Y lo que hace que el camino de cada uno sea auténtico. »
Un programa que abre puertas interiores
Luego, la pareja reflexionó sobre el alma del programa. “La fuerza de Ballando es que aquí nos exponemos”, afirma Belli. “Hay una belleza artística y humana que nos permite abrir puertas que no pensábamos que podíamos abrir”.
Carlucci asiente: “Es un programa real. Lo que sucede aquí no está construido ni sugerido. Es un trabajo colectivo basado en la autenticidad”.
¿El futuro de Belli? Retoma su rol, pero con más conciencia
Sobre la pregunta más esperada: ¿Paolo Belli seguirá bailando? – ambos responden con una sonrisa cómplice. “Fue su regalo por el vigésimo aniversario del Bailando”, explica Milly.
“Al final de la temporada le devolveremos simbólicamente las llaves del Salón de las Estrellas y recuperará su trabajo. Pero con una nueva conciencia”.
Belli finaliza agradecido: “Para mí fue un viaje extraordinario y seguirá siéndolo”.