Tres agentes de policía, juzgados en Niza (Alpes Marítimos) por insultos racistas y violencia psicológica contra dos narcotraficantes tunecinos, fueron condenados el lunes a doce meses de prisión y seis meses de inhabilitación para ejercer sus funciones.
Otros dos agentes de policía fueron absueltos y también enviados a juicio ante el tribunal penal. A finales de octubre, la fiscalía había solicitado entre 12 y 18 meses de prisión para los cinco jóvenes y la prohibición permanente de ejercer la profesión.
El 22 de julio, estos agentes de policía arrestaron a dos jóvenes sospechosos de tráfico de drogas en el sensible barrio de Moulins, al oeste de Niza, y los subieron a una furgoneta con destino a una comisaría.
El dictáfono se activó discretamente.
Discretamente, uno de los jóvenes había activado el dictáfono de su teléfono, grabando insultos, burlas, violencia y humillaciones durante el trayecto.
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En la grabación de más de 30 minutos, descubierta por un investigador a la llegada del detenido a la comisaría, transmitida al IGPN, al departamento de policía, y difundida durante la audiencia, se podían escuchar gritos, llantos, ruidos que provocaban golpes y varios insultos racistas.
Uno de los traficantes, de 18 años y condenado a 18 meses de prisión por robo en grupo, acusó a la policía de romper las páginas de un Corán encontradas en su bolso y de hacer bolas con ellas para llevárselas a la boca.
Aunque reconocieron parcialmente los insultos, los tres policías que iban en la parte trasera de la furgoneta aseguraron que se trataba de un cuaderno encontrado en un cubo de basura y que se habían “enfrentado” para gastarle “una broma de mal gusto” al joven.
Fueron declarados culpables de insultos no públicos y violencia psicológica durante un encuentro, perpetrado por una persona que ostentaba autoridad pública.
Otros dos policías fueron liberados
El tribunal no tuvo en cuenta la violencia física, en la medida en que, según el certificado médico, las contusiones encontradas en el joven tunecino podrían deberse a una caída durante su arresto o a una automutilación durante su detención, como admitió.
Los dos policías que se encontraban delante de la furgoneta y que no intervinieron alegando desconocer la actuación de sus compañeros, fueron puestos en libertad. “La coerción no puede surgir de la simple abstención”, según el tribunal.
Los tres policías condenados, de 30, 32 y 41 años, tendrán que pagar cada uno una multa de 500 euros y pagar conjuntamente 1.000 euros en concepto de daños y perjuicios al joven, un euro simbólico a la Liga de Derechos Humanos y a Licra, y 800 euros en costas judiciales a las tres partes civiles. El segundo detenido, sin embargo, no se sumó a la acción civil.