Donald Trump firmó este jueves una orden ejecutiva destinada a centralizar la regulación de la inteligencia artificial (IA) a nivel federal, con el objetivo de impedir que los 50 estados de EE.UU. lo hagan a su nivel. “Queremos tener una única fuente de autorización”, dijo en la Oficina Oval el presidente estadounidense, que apoya un enfoque desregulado de la inteligencia artificial. “Estamos muy por delante de China. China lo sabe. Y no hacerlo sería el mayor regalo para China”, aseguró.
El texto pretende “garantizar que la inteligencia artificial pueda operar bajo un marco único en este país en lugar de estar sujeta a regulaciones a nivel estatal que podrían paralizar el sector”, explicó Will Scharf, secretario general de la Casa Blanca.
Sin embargo, en teoría, un decreto no puede prevalecer sobre un texto aprobado por el Congreso o el Parlamento de un Estado americano. Ya se han adoptado más de cien leyes en una treintena de estados, de mayoría demócrata y republicana. Abarcan muchos aspectos relacionados con la inteligencia artificial, desde el cuidadoso desarrollo de modelos generativos de inteligencia artificial hasta la creación de “deepfakes” (contenidos que representan a una persona utilizando inteligencia artificial), pasando por la obligación de transparencia en el uso de esta tecnología.
Se han presentado muchos proyectos de ley en el Congreso, pero ninguno ha sido sometido a votación todavía. Apenas unas horas después de asumir el cargo en enero, Donald Trump derogó un decreto emitido por su predecesor Joe Biden sobre la seguridad de la inteligencia artificial (IA).
El texto inicial, presentado en octubre de 2023, exigía específicamente a las empresas del sector que transmitieran ciertos datos relacionados con sus modelos de inteligencia artificial al gobierno federal. Se les exigía que informaran los resultados de las pruebas cuando los programas representaban “un riesgo grave para la seguridad nacional, la seguridad económica nacional o la salud pública”.