diciembre 11, 2025
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Elige tu bebe» (“Elige a tu hijo”), “ten tu mejor bebe» (“Consigue a tu mejor hijo”). Nucleus Genomics, una startup estadounidense de reproducción artificial, cubrió Nueva York con enormes vallas publicitarias que representaban los rostros brillantes de los recién nacidos, anunciando su “optimización genética“. La promesa es simple: analizar el genoma de los embriones y permitir a los futuros padres elegir el que tenga “mejor perfil genético”, basándose en un análisis que mide la probabilidad de salud, apariencia, inteligencia e incluso la predisposición a enfermedades psiquiátricas. Una estrategia cada vez más popular en valle del siliciocon el objetivo de ir más allá de las fronteras de la genética reproductiva y la selección”súper niños“hecho a medida, abriendo la puerta a nuevas formas de eugenesia.

Kian Sadeghi, de 25 años, fundador y director ejecutivo de Nucleus Genomics, cree que todos los padres tienen derecho a hacer precisamente eso, seleccionando las cualidades que desean en sus hijos, desde la altura hasta el peso y la inteligencia. Sadeghi fundó la empresa en 2021, inspirada por un primo que murió de una rara enfermedad genética. Respaldado por inversores líderes y emprendedores tecnológicos como Peter Thiel y Alexis Ohanian – los mismos que, junto con Sam Altman, también apoyan la startup Preventive – Sadeghi dice que su empresa ya ha ayudado a miles de familias. El servicio que ofrece Nucleus Genomics por 30.000 dólares -llamado “IVF+” o “Nucleus Embryo”- ofrece secuenciar el genoma completo de los padres y hasta veinte embriones producidos in vitro. Sobre cada embrión la empresa calcula “puntuaciones poligénicas“, es decir, estimaciones probabilísticas de la predisposición a más de 2.000 características, que van desde enfermedades hereditarias graves, pasando por patologías crónicas como la diabetes o los tumores, hasta rasgos complejos como la altura, el color de ojos y pelo, el coeficiente intelectual, el riesgo de depresión, el autismo o los trastornos del comportamiento. El resultado se presenta a los padres como un “clasificación” de embriones: en forma de gráficos, porcentajes y semáforos, una interfaz que satisface el deseo de claridad y control. Según la startup, no se trata de edición genética, sino de “diagnóstico genético preimplantacional” avanzado: no se modifica el ADN, sino que simplemente se clasifican los embriones “existentes” según probabilidades genéticas.

Muchos expertos, sin embargo, advierten contra las promesas ofrecidas: las predicciones son poligénicas por naturaleza. probabilísticoNo estoy seguro. Una puntuación de riesgo o predisposición no es lo mismo que un diagnóstico y no garantiza que el bebé nazca sano o “mejor”. Según los críticos, la exactitud de las predicciones es en gran medida ilusoria, sobre todo porque condiciones complejas como la inteligencia, la salud mental o la predisposición a enfermedades crónicas dependen de decenas o cientos de variables: genéticas, ambientales, aleatorias. La complejidad de la información, presentada como “elecciones de menú” fáciles, corre el riesgo de ser llevada al nivel del marketing: un paquete “llave en mano” para hacer un niño a medida, que seduce a los clientes con la promesa de optimización genética, sin abordar honestamente la incertidumbre y la variabilidad biológica.

El caso de Nucleus Genomics debe leerse como lo que es: un cambio de paradigma antropológico, que traslada la fertilización asistida del nivel terapéutico al nivel selectivo, abriendo el camino a una idea de humanidad diseñada y fabricada en el laboratorio. La promesa implícita no es la salud, sino la reducción de lo inesperado, del error, de la desviación. Una imaginación que inevitablemente recuerda a escenarios distópicos como Gattaça por Andrew Niccol o EL Nuevo Mundo de Aldous Huxley, donde la programación biológica se convierte en la norma y las desigualdades se naturalizan, dividiendo la sociedad en castas. En este escenario, la lectura deja de ser un evento y se convierte en un proceso industrialaccesible para quienes tienen recursos económicos. El punto crucial no es la tecnología en sí, sino la lógica del mercado que transforma a un niño en una mercancía, un producto hecho a medida, evaluable, comparable y desechable. Una lógica imbuida de creencias transhumanistas, que sueña con abolir la enfermedad, la vejez y la muerte, transformando la vida en un código que debe optimizarse y enriquecerse a voluntad. La apuesta de Nucleus Genomics y de quienes siguen esta trayectoria no se refiere al bienestar humano, sinoidea abstracta de perfección que confunde lo posible con lo deseable y que corre el riesgo de borrar precisamente lo que hace al hombre: la imperfección, la complejidad, la imprevisibilidad.

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Enrica Perucchietti

Licenciada en Filosofía con matrícula de honor, vive y trabaja en Turín como periodista, escritora y editora. Colabora con diversos periódicos y canales de noticias independientes. Es autora de numerosos ensayos exitosos. Para el independiente edita la sección Anti fakenews.



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