El Contralor General de los lugares de privación de libertad constata, en particular, violaciones “relativas a su libertad de ir y venir”.
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Privaciones arbitrarias de libertad, aislamiento… Las hospitalizaciones sin consentimiento de pacientes psiquiátricos, incluso bajo la supervisión de un juez judicial, provocan graves “numerosos ataques” sus derechos, subrayó el jueves 11 de diciembre el director general de los lugares de privación de libertad.
La autoridad independiente dirigida por Dominique Simonnot, que visita periódicamente los centros psiquiátricos, evaluó la eficacia del control judicial de los ingresos sin consentimiento. Pese a las garantías, la Contraloría General de los lugares de privación de libertad señala “numerosas violaciones de los derechos de los pacientes, en particular en lo que respecta a su libertad de ir y venir y al uso de medidas de aislamiento y contención fuera del marco rígido definido por el código de salud pública”.
esto se explica “al menos en parte, por la crisis que atraviesa la psiquiatría: condiciones de acceso degradadas, falta de recursos, desigualdades territoriales”Tenga en cuenta su relación.
Desde principios de la década de 2010, el juez judicial controla sistemáticamente las admisiones sin consentimiento. Las medidas de aislamiento y contención (el paciente está atado a la cama con correas alrededor del pecho o en las muñecas y los tobillos) están sujetas a control judicial desde 2022. Se trata de medidas de “último recurso”, “destinado a prevenir daños inmediatos o inminentes al paciente o a otros”Recuerda la relación.
La generalización de este control ha favorecido la “desarrollo de una reflexión sobre el uso de estas medidas” y uno “reducción de prácticas abusivas”pero no contribuyó “sólo de manera muy imperfecta en la protección de los pacientes”continúa.
No sólo el juez judicial no puede valorar la necesidad médica de las medidas y “la vulnerabilidad de los pacientes no favorece su defensa”pero su decisión “enfrenta desafíos de implementación” en varias plantas, señala el informe. En cuanto al internamiento en unidades de pacientes difíciles, existe un descontrol. La Contraloría pide “una política ambiciosa” por parte del Estado.