diciembre 10, 2025
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Qaryout (Cisjordania), 9 de diciembre. (askanews) – Sadiqa Khroush observa entre lágrimas cómo una excavadora israelí, escoltada por soldados, arranca los olivos de su familia en la aldea de Qaryout, en la Cisjordania ocupada. Tiene 85 años y dice que estas plantas eran su única fuente de ingresos.

Junto a él, las excavadoras trabajan para crear lo que los residentes dicen que será una nueva zona de seguridad cerca del asentamiento israelí de Eli, que domina la aldea.

En Qaryout, este no es un incidente aislado. Según un recuento de la AFP basado en datos de la Autoridad Palestina, más de un millar de combatientes palestinos, pero también numerosos civiles, han sido asesinados en Cisjordania por soldados o colonos israelíes desde el 7 de octubre.

En este contexto, la destrucción de los olivares se ha convertido en un símbolo del conflicto diario entre residentes y colonos palestinos. “Cuando arrancaron los árboles – dice Souleiman Rateb, propietario del terreno – lo hicieron con una crueldad indescriptible. Se los llevaron sin dejar nada, los arrojaron al suelo y los redujeron a pedazos, para que nadie pudiera beneficiarse más de ellos”.

“Hay un proceso continuo de desposesión de la tierra palestina: control, saqueo, apropiación de todo lo que pertenece a los habitantes de esta ciudad. Qaryout – dice Bachar Qaryuti, activista anticolonización – está rodeada por una colonia cada vez más grande, que pretende apropiarse de todo, incluso los olivos plantados por los antepasados. La simple presencia de palestinos en sus tierras irrita al ocupante”.

Mientras tanto, en el terreno, las excavadoras continúan trabajando bajo protección militar. Para los residentes, cada olivo arrancado no sólo es una pérdida económica, sino también un pedazo de historia familiar que desaparece.

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