“Pragmático y ambicioso” La UE fija un objetivo de protección del clima para 2040
La UE acuerda un nuevo objetivo en la lucha contra el cambio climático. A diferencia de antes, este objetivo también debería alcanzarse con la ayuda de países no europeos. Los países de Europa del Este prevalecen en términos de suministro y calefacción.
Se han fijado los objetivos climáticos de la UE para los próximos años. Los representantes del Parlamento Europeo y del Consejo de los Estados miembros acordaron reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero en un 90% para 2040 en comparación con 1990, pero el compromiso deja a los 27 Estados cierto margen de maniobra. Debería posponerse el precio del CO2 para calefacción y repostaje.
De antemano, los 27 gobiernos ya habían negociado un compromiso entre ellos e hicieron concesiones a aquellos estados miembros cuyos objetivos anteriormente habían sido demasiado ambiciosos. El objetivo del 90% se ha convertido efectivamente en un objetivo del 85%: los países pueden compensar hasta cinco puntos porcentuales mediante certificados de CO2 del extranjero. Luego puedes comprar créditos de carbono para proyectos que almacenen o eliminen carbono de la atmósfera y agregarlos a las reducciones nacionales.
Los representantes del Parlamento también están de acuerdo con este compromiso. Sin embargo, los críticos temen que los estados económicamente menos poderosos del Sur Global estén reduciendo deliberadamente sus objetivos climáticos nacionales para que los europeos paguen por los aumentos, o que las reducciones puedan ser contabilizadas dos veces.
Las cosas pintan bien para 2030
El objetivo de 2040 es un objetivo provisional. A partir de 2050, la UE pretende emitir sólo tantos gases de efecto invernadero como la naturaleza y los métodos técnicos puedan almacenar. Los investigadores ven que la UE va camino de alcanzar un objetivo provisional inicial de 2030, después del cual es probable que las cosas se pongan más difíciles.
Durante las negociaciones, ambas partes apoyaron aplazar un año hasta 2028 el sistema de fijación de precios de CO2 para el transporte por carretera y la calefacción de edificios. Especialmente los países de Europa del Este habían pedido un aplazamiento porque temían un aumento de los precios para los consumidores. Alemania ya tiene un sistema de precios similar, por lo que la calefacción y el repostaje en este país no deberían volverse más caros de repente.
El Parlamento Europeo y el Consejo de 27 estados aún tienen que aprobar el acuerdo, lo que probablemente sea una formalidad. El comisario europeo del Clima, Wopke Hoekstra, elogió el acuerdo por considerarlo pragmático y ambicioso. Ofrece velocidad, previsibilidad y flexibilidad. “Sobre todo, muestra que el clima, la competitividad y la independencia van de la mano y envía una fuerte señal a nuestros socios globales”, afirmó el holandés. Linda Kalcher, del grupo de expertos de Bruselas Strategic Perspectives, habló de un signo positivo: “Al contrario de la retórica política de muchos países, todavía existe un consenso sobre la protección del clima”. El nuevo objetivo crea claridad para inversores y empresas, con el fin de promover la innovación y la competitividad.