diciembre 10, 2025
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Es una reputación que les acompaña desde hace siglos: leyendo el comportamiento de nuestros gatos, podíamos predecir el tiempo. Rascar las alfombras, lavarse las orejas o dormir con las patas metidas debajo del cuerpo serían señales a tener en cuenta para saber si lloverá, hará frío, etc. Un artículo de 1992 publicado en la revista Weatherwise describió este fenómeno, informando que cualquier gato que comiera hierba predecía, por ejemplo, una lluvia inminente o una tormenta eléctrica. Entonces, ¿mito total o realidad?

Independientemente de la creencia popular, algunas de estas observaciones bien pueden tener un origen biológico. Como señala un artículo de Forbes, al igual que los humanos, los gatos son sensibles a los cambios de presión atmosférica. Por tanto, no sería aberrante que estos animales bigotudos, más sensibles que nosotros, se comportaran como pequeños barómetros, capaces de reaccionar a estos cambios de presión, estrechamente vinculados a la evolución meteorológica.

Los gatos también son capaces de oír frecuencias muy altas, mucho más allá del espectro humano, lo que les permitiría detectar truenos o el susurro de hojas en la distancia, mucho antes que nosotros. Su extremadamente desarrollado sentido del olfato también podría servir como herramienta de predicción al captar esa característica de la lluvia en el suelo (el famoso petricor) antes de que notemos algo.

El pelaje de los gatos podría tener una función meteorológica: sensible a la humedad del aire, les permite percibir las variaciones de temperatura. Fenómeno encontrado en humanos cuya estructura capilar varía según el nivel de humedad.

El clima influye en el comportamiento felino

Sin embargo, los datos científicos siguen siendo limitados y nadie ha establecido explícitamente una correlación entre las reacciones biológicas de los gatos y las condiciones atmosféricas. Un estudio publicado en 2025 en la revista Animals Sin embargo, examinó el efecto de las estaciones y el clima en el comportamiento de los gatos domésticos.

Los resultados muestran que un aumento de la temperatura, la humedad o el índice de viento se asocia con un aumento del tiempo que se pasa tumbado, comiendo o de pie, y una disminución del aseo, el tiempo que se pasa sentado o el uso de la caja de arena en los felinos. Un segundo estudio también reveló que los gatos se acicalaban menos y eran menos propensos a rascarse durante el aumento de las lluvias.

Finalmente, un estudio de 2022 realizado en Italia analizó informes de dueños de perros y gatos. Los investigadores demostraron que, en estas mascotas, algunas actividades como jugar aumentaban cuando hacía frío. En cambio, los propietarios dijeron que los animales tendían a dormir durante períodos de calor extremo o caídas drásticas de temperatura.

Algunos dueños de gatos han informado de un mayor nerviosismo o ansiedad en sus mascotas cuando ocurren fuertes lluvias o tormentas eléctricas. De ahí a elegir tu outfit para el día siguiente en función de tu gato…



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