La Inmaculada Concepción es una de las fiestas religiosas más importantes del catolicismo y se celebra cada año el 8 de diciembre. El aniversario fue sancionado en 1854 por el Papa Pío IX con un dogma de fe de la Iglesia, en la constitución apostólica. Ineffabilis Deus. El dogma estructura y define orgánicamente una creencia perpetuada por la doctrina católica desde hace varios siglos: la según la cual María, madre de Jesucristo, fue redimida del pecado original desde su nacimiento, con miras a los méritos futuros de su hijo, y luego para toda su vida. En Oriente, la fiesta de la Inmaculada Concepción ya se celebraba entre los siglos VIII y IX.
El párrafo más citado del documento papal.Ineffabilis Deus (DS 2803) dice:
La doctrina (…) sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada, por gracia y privilegio particular de Dios Todopoderoso, en anticipación de los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, libre de toda mancha del pecado original desde el primer momento de su concepción, y ésta debe, por tanto, ser objeto de una fe cierta e inmutable para todos los fieles.
En definitiva, el dogma de la Inmaculada Concepción no está directamente relacionado con la llamada concepción virginal de Jesús, aunque ambas cosas se mencionan a menudo en los mismos discursos. Se trata más bien de la concepción de la propia María, que desde ese momento fue “Inmaculada”, es decir sin la “mancha” del pecado original (el adjetivo proviene del latín inmaculadoque a su vez es un participio pasado derivado del verbo maculares decir “manchar, profanar”).
La concepción virginal de Jesús, en cambio, está sancionada por un dogma diferente que existe desde el Segundo Concilio de Constantinopla en 553. Según el relato de los Evangelios, reordenado y establecido por los obispos en 553, Jesús nació gracias a la obra del Espíritu Santo, es decir sin que su madre María hubiera tenido relaciones sexuales.
Llegar al dogma que estableció la Inmaculada Concepción de María requirió varios siglos de discusión y discusión entre los teólogos más famosos del cristianismo, quienes durante mucho tiempo no pudieron ponerse de acuerdo sobre si María nació sin pecado y sin posibilidad de pecar. Las principales posiciones han sido compartidas durante siglos entre inmaculistasque defendieron la Inmaculada Concepción, principalmente franciscanos, y machoquienes estaban más bien en contra y principalmente dominicanos.
La objeción de este último provino de Santo Tomás de Aquino, quien preguntó cómo la Virgen podría ser liberada del pecado antes del nacimiento de Jesús: según la doctrina, de hecho, fue Jesús quien liberó a la humanidad del pecado original. Finalmente, la cuestión fue resuelta por Pío IX con laIneffabilis Deustomando una decisión desde arriba y sin pasar por un consejo.
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