Pronto, sonriendo, riendo, Joan Baez nos llama desde su casa en California. Y sorpresa, su número de teléfono no está oculto. La entrevista tampoco lo será. Desde que se estrenó el conmovedor documental “Out Loud” hace dos años, el ícono popular se abrió y jugó el juego de la verdad a los 84 años sobre los demonios, traumas y trastornos psicológicos (depresión, ansiedad, insomnio, fobias) que han acompañado su vida.
En su primer poemario, “Cuando veas a mi madre, invítala a bailar”, publicado en Francia en edición bilingüe, habla de sí mismo, de su familia y de sus amigos. (Re)descubrimos detrás del activista y del músico indomable una hija herida, una madre ausente, una artista enferma, diagnosticada con un trastorno de identidad disociativo.