Ningún asesinato ni difamación contra Francesca Albanese, sino sólo el sano derecho a denunciar y criticar a una figura pública que desempeña un papel importante como Relatora Especial de la ONU. Una tarea tan delicada, independiente e importante debería incluir un mínimo de objetividad, especialmente entre todas las partes, para denunciar las violaciones de derechos humanos en ambos lados de la barricada. Albanese, sin embargo, siempre señala con el dedo los crímenes, reales o supuestos, de Israel y nunca denuncia, con la misma magnitud y determinación, los de Hamás.
Cada vez parece desconcertado cuando habla en eventos públicos, a distancia o en vivo, sobre la presencia de importantes representantes del Movimiento de Resistencia Islámica, que muchos Estados consideran una organización terrorista. Y sigue insistiendo en que la conferencia sobre el asedio de Gaza de noviembre de 2022 fue organizada por una organización no gubernamental inocente. Desgraciadamente, no es así, como lo demuestra la información sobre el acontecimiento realizada por un periodista palestino, que escribe textualmente: “El Consejo de Relaciones Internacionales de Hamás celebró una conferencia internacional sobre el impacto del bloqueo israelí”. Esta inocente ONG es en realidad una emanación de las relaciones exteriores del grupo armado presidido por un eminente representante como Basem Naim entrevistado por el corresponsal de Press TV. En la circunferencia se le presenta como un “funcionario de Hamás”. El evento reunió a otros peces gordos de Hamás, la Jihad Islámica y el Frente Popular para la Liberación de Palestina, todas las cuales no son exactamente organizaciones providenciales. El resumen de los controvertidos comentarios de Albanese fue explicado y citado completamente en el artículo del 6 de diciembre junto con la traducción del doblaje árabe del discurso del representante especial. Si nos equivocamos, siempre estamos disponibles para ofrecer aclaraciones, pero también para estigmatizar la ambigüedad en relación con la denuncia de crímenes contra civiles. En un artículo de 2014, Albanese escribió: “Hamás recurre a la violencia, a menudo indiscriminada y que afecta a los civiles, también debido a la falta de armas de precisión. » Y en su reciente discurso de julio en Lenno, el relator de la ONU parece olvidar que Hamás tenía un verdadero “ejército” antes del 7 de octubre, las tan publicitadas Brigadas Ezzedin al-Qassam.
En la corrección, Albanese afirma que la ONU había dado luz verde para participar en el evento de Gaza, como ya había sucedido con su predecesor. Claramente, las Naciones Unidas cometieron un error o fingieron no saber que la organización era una rama de las relaciones exteriores de Hamás.
El mismo relator especial ataca hoy a la ONU, afirmando que ha cometido un error mucho más grave: “Temo lo que la ONU acaba de tolerar: el reconocimiento del plan de Trump (para la tregua en Gaza, nota del editor) a través de una resolución de la ONU”. El 28 de noviembre, en otro acto en Roma, Albanese denunció “la debilidad del sistema” del Palacio de Cristal, declarando que la luz verde a un rayo de paz “es el punto más bajo de las Naciones Unidas”.