La tercera reducción consecutiva de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal es una realidad: ayer, el Instituto Central americano anunció una nueva reducción de un cuarto de punto, llevando el coste del dinero a una horquilla entre el 3,50 y el 3,75%, con el voto favorable de nueve gobernadores contra tres. También entre ellos se encuentra el trumpista Stephen Miran, que votó no sólo porque habría obtenido al menos una reducción de medio punto. Pero eso no es todo: porque el instituto dirigido por Jerome Powell, para garantizar una mayor liquidez a la economía, anunció que compraría 40 mil millones de dólares en títulos del Tesoro estadounidense en los próximos 30 días. Compras a partir del 12 de diciembre. El instituto justifica su decisión afirmando que “la creación de empleo se ha ralentizado este año” y que “los riesgos de deterioro del empleo han aumentado en los últimos meses”.
La Reserva Federal se reserva el derecho de tomar en consideración la “magnitud y el momento” de nuevos recortes, manteniendo al mismo tiempo como proyección media un único recorte de tipos (de 25 puntos básicos) durante el próximo año. Lo mismo está previsto para 2027, en línea con lo ya estimado en septiembre. Sin embargo, las estimaciones de inflación están mejorando y se espera que sea del 2,4% en 2026, frente al 2,6% del mes pasado. El presidente Powell, en su discurso, señaló que los precios han caído pero la inflación sigue siendo “algo elevada” en relación con el objetivo a largo plazo de la Reserva Federal del 2 por ciento. Sin embargo, el desempleo aumentó hasta el 4,4% en octubre. “No existe un camino libre de riesgos para la política monetaria mientras navegamos por esta tensión entre nuestros objetivos de empleo e inflación”, señaló Powell, añadiendo que la política monetaria se decidirá “reunión por reunión, sin un camino predefinido”.
La reacción de Wall Street fue mixta -pero sin grandes sobresaltos, al menos inmediatamente después del anuncio- con el Dow y el S&P 500 ligeramente al alza y el Nasdaq justo por debajo de la paridad.
La verdadera noticia del día, sin embargo, no fue tanto la decisión sobre los tipos (ya ampliamente esperada), sino el hecho de que la Reserva Federal acudiría en ayuda de los bancos para garantizar el nivel adecuado de liquidez para el sistema: “Las compras de letras del Tesoro por parte de la Reserva Federal podrían seguir siendo elevadas en los próximos meses”, afirmó el presidente.
Mientras tanto, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el inicio de las negociaciones finales para elegir al próximo presidente de la Reserva Federal, que sucederá a Powell a partir de mayo de 2026. La primera reunión tuvo lugar ayer con el exgobernador Kevin Warsh. A bordo del Air Force One, Trump dijo que tenía “una buena idea” sobre quién sería el nominado: en las últimas semanas, Kevin Hassett, el asesor económico de la Casa Blanca, había surgido como el gran favorito, y con respecto al recorte de tasas de un cuarto de punto, observó que era un pequeño paso en la dirección correcta.
Otros candidatos considerados posibles incluyen a los gobernadores Christopher Waller y Michelle Bowman, así como a Rick Rieder, director de BlackRock. Trump reiteró que pondría a prueba a los candidatos sobre su voluntad de recortar aún más las tasas.