En la sede del gigante TotalEnergies, hace unos meses, la hipótesis de un traslado de la cotización principal de París a Wall Street había suscitado serias preocupaciones. Si la opción fue rápidamente cuestionada y rectificada, en particular por el director general Patrick Pouyanné, quien en mayo de 2024 declaró Fígaro : “Nunca dije que TotalEnergies abandonaría Francia, ni tampoco la Bolsa de París”la amenaza se materializó este lunes 8 de diciembre de 2025 en una decisión más discreta, pero igualmente llena de símbolos.
No se trata de un traslado total de la sede francesa ni de una retirada del CAC 40, donde el grupo está presente desde 1991. Se trata de una “Pivote del mercado de valores” : La conversión técnica de oscuros ADR (American Depositary Receipts) en acciones ordinarias en la Bolsa de Nueva York (NYSE). Esta decisión, aparentemente puramente administrativa, es sin embargo el último acto de una ruptura estratégica. La junta directiva aprobó el acuerdo en septiembre.
El 50% de los fondos institucionales son ahora norteamericanos
Este gesto técnico cristaliza el esfuerzo de un titán petrolero frente a un continente –Europa– que ha decidido hacerle pagar el precio de su legado de carbono. En el lado occidental, en suelo estadounidense, sus archirrivales ExxonMobil y Chevron se enfrentan a valoraciones bursátiles insolentes. Son bastiones de un pragmatismo energético sin escrúpulos, entidades en las que el activismo climático ha sucumbido a las exigencias de la rentabilidad para los accionistas.
Por otra parte, en París, TotalEnergies –a pesar de sus promesas de inversiones en energía eólica y solar, sus esfuerzos fueron juzgados “más ambicioso” en comparación con los de Shell y BP, se topa con el frío muro de la desinversión responsable. Europa, en busca de la virtud medioambiental, está dando la espalda al sector fósil, relegándolo al estatus de paria de las etiquetas ESG.
¿El resultado de este reflujo? Los gestores de fondos europeos han dejado de hacer esto “ventas a gran escala”dejando el campo abierto a la caballería financiera estadounidense. El movimiento de capitales ya es un hecho: a finales del segundo trimestre de 2025, América del Norte representaba más del 50% del accionariado institucional del grupo. Esto equivalía a alrededor del 38% de su participación total, según datos publicados por TotalEnergies.
Aumentar el descuento y aumentar la liquidez del valor.
Patrick Pouyanné destacó, en abril de 2024 en el Senado, que los estadounidenses “comprar más acciones que los europeos, que están menos entusiasmados con los proyectos de combustibles fósiles y más limitados por los estándares de inversión sostenible”.
Esta transformación de certificados en acciones ordinarias tiene una finalidad específica: “aumentar la liquidez” del valor, es decir, su posibilidad de ser comprado o vendido rápidamente a un precio cercano al mostrado, haciéndolo más “atractivo” para los inversores americanos. Este enfoque refleja el deseo del grupo de aumentar su calificación, en un contexto de“Creciente brecha entre empresas europeas y americanas”. La empresa busca aumentar su “descuento” anclándose allí donde las inversiones en energía solar o eólica se consideran una distracción menos rentable que un barril de petróleo crudo, y donde sus competidores no tienen los mismos escrúpulos climáticos.
El punto de inflexión americano: del GNL al Golfo de México
El cambio también es geográfico y está impreso en el betún y el gas. El cambio de rumbo estadounidense comenzó mucho antes del anuncio del mercado de valores. Bajo la dirección de Patrick Pouyanné, el grupo está desmantelando progresivamente el legado de su predecesor, Christophe de Margerie, fuertemente arraigado en Rusia. La invasión de Ucrania de repente redirigió el capital, convirtiendo a Estados Unidos en el refugio y la nueva frontera del grupo.
El negocio está cambiando: del Golfo de México al gas natural licuado (GNL), del cual TotalEnergies se ha convertido en el mayor exportador de Estados Unidos, y a enormes carteras de energía renovable. El giro del mercado de valores, que ahora permite que una única clase de acciones de TotalEnergies “negociar con horario extendido” de París a Nueva York, es el reconocimiento formal de esta realidad operativa.