Hannibal Gaddafi, el hijo más joven superviviente del ex dictador Muammar Gaddafi, asesinado en Libia en 2011, salió de prisión el lunes 10 de noviembre, tras diez años de detención en Beirut durante los cuales nunca fue llevado a juicio. Su liberación fue posible gracias al pago de una fianza de 900.000 dólares (unos 775.000 euros), pagada por una delegación libia del gobierno de Trípoli, presente en la liberación.
El martes el hombre, de 50 años, se encontraba en compañía de su esposa e hijos, y no había abandonado el País de los Cedros, pese a su intención de dirigirse a otro destino, que su defensa mantiene en secreto. Para ello tendrá que obtener la autorización del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que, en 2011, en plena represión de la insurrección en el este de Libia, impuso una prohibición de viajar a Muammar Gaddafi y sus familiares.
La larga permanencia de Aníbal Gadafi tras las rejas en el Líbano fue denunciada como arbitraria por la ONG Human Rights Watch, que pidió su liberación en agosto, al considerar que su detención se basaba en «acusaciones aparentemente infundadas.»
Te queda el 80,94% de este artículo por leer. El resto está reservado para suscriptores.