diciembre 10, 2025
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Lando Norris se convirtió en campeón mundial incluso antes de convertirse en campeón importante. Tiene velocidad, pero todavía le falta fuerza mental para convertirse en un Verstappen, la referencia de esta generación de jóvenes fenómenos nacidos en karts y criados en simuladores. En la última vuelta ha demostrado buen carácter, ha evitado los titubeos que ha tenido muchas veces durante el año, pero Max es otra cosa. Pero Lando es también un campeón con rostro humano, un chico que sabe sonreír en público y nunca ha ocultado que trabajó con profesionales en su salud mental, en el lado gris de su personalidad que le hacía temblar las piernas en los mejores momentos, por ejemplo cuando no pudo terminar la primera vuelta en cabeza tras salir desde la pole y que le empujó a distanciarse de las redes sociales, era joven y querido por los niños. Lando sufrió con Verstappen y nunca lo negó, pero trabajó para explotar mejor la superioridad de su McLaren y no dejarse frenar por esas voces interiores que le habían vuelto frágil. “Agradezco a mis padres por permitirme alcanzar mis sueños”, dijo. Y papá Norris invirtió mucho dinero para llegar hasta aquí. Hace unos años, el padre Adam ocupaba el puesto 610 en el ranking de los hombres más ricos de Gran Bretaña, con activos por valor de más de 200 millones de libras esterlinas. Una riqueza que construyó en solitario, vendiendo su empresa que se ocupaba de planes de jubilación y dedicándose a nuevas aventuras como la movilidad eléctrica, pero jubilándose con poco más de 30 años para dedicarse a su hijo. No hay duda de que su riqueza ayudó a Lando, permitiéndole abandonar la escuela, tener un tutor privado y dedicarse al karting, deambulando todo lo que podía. Pero no es el dinero lo que te compra un lugar en McLaren y te coloca en el centro del glorioso proyecto de renacimiento del equipo. La otra mitad de la familia Norris es la madre Cisca, que es de Bélgica y le dio a su hijo un nombre inusual. Cisca le transmitió la sonrisa, la cultura humanista y la predisposición a no esconderse nunca, a ser siempre él mismo. Si Lando tiene una ventaja es, sin duda, la de no tomarse a sí mismo demasiado en serio.

Tampoco ha ocultado nunca su apoyo a Valentino Rossi, pero no tiene nada en común con Vale, salvo el gusto de amar el lado divertido de la vida. Vale fue despiadado con sus oponentes, Lando no, pero viendo cómo salió de la crisis de mediados de verano, es posible que aún pueda mejorar.

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