Yakarta (ANTARA) – Los aficionados al automóvil suelen buscar los coches antiguos debido al valor histórico, el diseño único y la sensación nostálgica que ofrecen. Sin embargo, detrás de este encanto, los coches que tienen más de una década suelen tener sus propios retos en materia de mantenimiento. La antigüedad del vehículo ya no es tan joven, lo que lo hace susceptible a diversos tipos de daños, o lo que a menudo se llama “enfermedad del coche viejo”.
Aquí hay diez daños comunes que ocurren en autos viejos que usted debe tener en cuenta, para que los propietarios puedan prevenirlos temprano y reducir los costos de reparación.
1. El sistema de refrigeración tiene fugas.
Las fugas en el sistema de refrigeración son una causa común de sobrecalentamiento (calentamiento excesivo) en coches viejos. Las causas incluyen daños al termostato, una manguera rota o un radiador desgastado. Se recomienda a los propietarios de vehículos que reemplacen el refrigerante (refrigerante) cada 38.000 km o una vez cada dos años para evitar daños al motor por sobrecalentamiento.
2. Los componentes se desgastan
Los pistones, cojinetes y otros componentes del motor tienen el potencial de desgastarse con el uso. Esta condición puede causar fugas de aceite porque la presión no se puede mantener adecuadamente. Para evitarlo, se recomienda a los propietarios de vehículos cambiar periódicamente el aceite cada 10.000 km o cada seis meses y evitar llevar cargas excesivas.
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3. Sobrecalentamiento
El sobrecalentamiento del motor se caracteriza por un aumento drástico de la temperatura, la liberación de humo blanco del capó y una parada repentina del motor. La causa podría ser un radiador con fugas, una bomba de agua dañada o un termostato que no funciona correctamente. El mantenimiento de rutina del sistema de refrigeración es la principal medida preventiva.
4. Daños al sistema de suspensión.
La suspensión desgastada hace que el automóvil se sienta inestable, aparecen vibraciones excesivas y emite un sonido de traqueteo al circular por carreteras irregulares. Este daño generalmente es causado por un amortiguador o buje debilitado. Reemplazar componentes dañados y restablecer la suspensión es una solución de reparación.
5. Problemas con el sistema de encendido.
Las bujías, cables o bobinas desgastados pueden provocar que el motor tenga dificultades para arrancar o se detenga repentinamente. Revisar y reemplazar periódicamente los componentes de encendido es muy importante para mantener el rendimiento del automóvil.
6. Problemas del sistema de lubricación
Los coches viejos son susceptibles a fugas de aceite o a una caída de la presión del aceite debido a un sistema de lubricación subóptimo. Se recomienda utilizar aceite con una viscosidad mínima de 10W, reemplazar el filtro de aceite según las recomendaciones y controlar el volumen de aceite con regularidad.
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7. Problemas con la transmisión.
Los daños en la transmisión se caracterizan por cambios de marcha bruscos, sonidos ásperos o dificultades para moverse del automóvil. Las causas incluyen componentes desgastados de la transmisión, líquido de transmisión sucio o daños al embrague. El mantenimiento incluye el reemplazo regular del líquido de transmisión y el reemplazo de componentes dañados.
8. Óxido o corrosión
Las manchas de color marrón rojizo en la carrocería indican óxido. La exposición al agua, el aire húmedo y la falta de mantenimiento son las principales causas. La prevención se puede hacer mediante repintado, reparación de carrocerías dañadas y protección antioxidante.
9. Problemas del sistema eléctrico.
Los factores de envejecimiento hacen que los cables, conectores, alternadores o arrancadores de motores se vuelvan quebradizos y susceptibles a la corrosión. Es necesaria una inspección periódica de los cables, las bujías, la batería y el compartimento del motor para evitar daños más graves.
10. Sistema de frenos desgastado
La fricción repetida hace que las pastillas de freno se adelgacen y el sistema de frenado no sea óptimo. Los signos principales son vibración excesiva y respuesta reducida de los frenos. Se recomienda a los propietarios de automóviles cambiar el líquido de frenos cada 20.000-30.000 km o cada dos años, y sustituir las pastillas de freno cada 40.000-80.000 km o cada 2-3 años.
Con un mantenimiento adecuado, los coches viejos aún pueden ofrecer una experiencia de conducción segura y cómoda. Se recomienda a los propietarios que realicen controles periódicos para mantener las prestaciones del vehículo aunque ya no sea joven.
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Editor: Suryanto
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