El sistema judicial, que lo seguía desde hacía más de cinco años, lo había convertido en un objetivo prioritario. Mickaël Ettori, de 52 años, fue detenido en Córcega del Sur, el sábado 13 de diciembre, a las 6 de la mañana, por una cincuentena de gendarmes, apoyados por el GIGN, en virtud de una carta rogatoria emitida por un juez de la jurisdicción interregional especializada (JIRS) de Marsella.
Según la policía, miembro de la primera red criminal Petit Bar, condenado cinco veces, Mickaël Ettori se escondía en una villa turística alquilada con identidad falsa, en la costa del municipio de Olmeto. “La detención se produjo sin resistencia”confirmó el fiscal de Ajaccio, Nicolas Septe. Durante la búsqueda, “una suma de 5.000 euros en efectivo, una decena de teléfonos móviles ocultos y cantidades de comida que le permiten disponer de una importante provisión” fueron encontrados, según una fuente policial que precisó que no se encontró ningún arma.
El Sr. Ettori, que era objeto de al menos dos órdenes de detención, fue puesto bajo custodia policial bajo fuerte vigilancia en las instalaciones de la gendarmería de Aspretto, en espera de su comparecencia ante un magistrado del JIRS en Marsella. “Este es el resultado de una cuidadosa investigación llevada a cabo por el servicio de investigación de la gendarmería corsa, que demuestra la eficacia de la acción del Estado, uno de cuyos criterios es también la detención de los prófugos”estimó el fiscal de Marsella, Nicolas Bessone, que dirige la acción del JIRS en el Sudeste. El ministro del Interior, Laurent Nuñez, publicó un post en la red social
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