“Pasaba en bicicleta y vi a Sharon discutiendo con un hombre. Comprendí que la aventura iba a terminar mal y no quería encontrarme en esa situación, aceleré y me fui. Luego me volví paranoico por haber visto algo que no debía, así que me deshice de mi ropa y del cuchillo”: Moussa Sangaré (en la foto) niega haber matado a puñaladas a Sharon Verzeni. El hombre de 31 años, encarcelado por el asesinato cometido en Terno d’Isola la noche del 29 al 30 de julio de 2024, vuelve a lo que había confesado tras su detención. El hombre, interrogado ante el Tribunal de lo Penal de Bérgamo, ya ha aportado diferentes versiones de los hechos.
Durante la audiencia, la última antes de la discusión final del 16 de diciembre, también hablaron la familia de la mujer de 33 años y su novio Sergio Ruocco. “El día del interrogatorio – dijo este último – no me dijeron que Sharon estuviera muerta, esperaba que hubiera sucedido algo grave, pero que ella todavía estaba viva”. El compañero de la víctima explicó que la noticia del crimen no le fue comunicada hasta el día siguiente: “Pedí quedarme en el cuartel porque no sabía qué hacer con mi vida y porque quería ayudarlos de alguna manera a resolver el crimen. El hecho de que yo fuera sospechoso pasó a un segundo plano después de la muerte de Sharon. Siempre me arrepentiré de no haber salido a caminar con ella esa noche. Ruocco no regresó a la casa de Via Merelli hasta mediados de julio, un año después del asesinato”. No había encontrado el coraje antes: tal vez no estoy listo, me despierto con pesadillas. Queríamos casarnos y tener hijos. Si lo hubiésemos hecho antes, Sharon no habría salido esa noche”, dijo ante el tribunal presidido por la jueza Patrizia Ingrascì. En los últimos meses, el hombre se quedó con los padres de Sharon y durmió en su habitación. Sus suegros lo protegieron desde el principio, cuando era sospechoso. Pero, subrayó Bruno Verzeni, el padre de la víctima, “nunca tuvimos dudas sobre él”. Verzeni añadió a los periodistas: “Aunque tuvo la oportunidad, (Sangaré, nota del editor) no quiso disculparse y lo lamentamos mucho. Sólo queremos que se haga justicia de verdad, porque hemos visto que no tiene ningún remordimiento y eso nos duele mucho”.
María Teresa Previtali, madre de Sharon, coincidió entonces: “Sigo hablando con mi hija para sentirme siempre cerca de ella”. La mujer, conmovida, dijo que guardó las vocales y videos de su hija, para seguir escuchando su voz.