Atrapado en la candente situación de Oriente Medio, el único museo nacional situado fuera de París se encuentra hoy en medio de una tormenta y en el centro de un enfrentamiento entre políticos locales. El Museo de las Civilizaciones Europeas y Mediterráneas (MuCEM), instalado en la explanada J4 a la entrada del Puerto Viejo de Marsella (Bouches-du-Rhône), acaba de concluir su colaboración con uno de sus patrocinadores fundadores, Digital Realty, el gigante estadounidense de los centros de datos que explota cuatro centros de datos de este tipo en el puerto de Marsella y está construyendo un quinto.
De hecho, la dirección del museo ha hecho saber que no renovará su acuerdo con la empresa el próximo año, acusada por las asociaciones de defensa palestinas, que se manifestaron dos veces este verano, de estar vinculada a una empresa israelí que desea establecerse en los territorios ocupados de Cisjordania y los Altos del Golán. Una decisión aclamada como una “victoria importante después de meses de movilización” por el movimiento pro palestino BDS.
En el contexto de la campaña electoral para las elecciones municipales del próximo marzo en Marsella, esta decisión la han tomado el presidente de la región de Paca, Renaud Muselier, y Martine Vassal, ambos presidentes del departamento de Bocas del Ródano y de la metrópoli, pero también candidatos opuestos al alcalde Benoît Payan.
Aunque el museo depende de la supervisión del Ministerio de Cultura, los dos representantes electos anunciaron el viernes en nombre de sus comunidades “la suspensión de cualquier forma o perspectiva de cooperación con el MuCEM” y convocaron una reunión urgente de una junta directiva. Una primicia para esta institución, heredera de las colecciones del antiguo Museo de Artes y Tradiciones Populares de París e inaugurada en 2013, cuando Marsella era Capital Europea de la Cultura. La Región, por ejemplo, financió el museo con 550.000 euros en diez años y las autoridades locales forman parte de la junta directiva sin voz deliberativa.
“Hoy pedimos claridad”
“Hoy pedimos claridad. ¿Por qué se tomó esta decisión bajo la presión de actividades de extrema izquierda que quieren importar el conflicto palestino-israelí a Francia? ¿Cuál es la explicación de la gestión del museo? », escriben los dos cargos electos en un comunicado de prensa conjunto, tras subrayar: “Rechazamos cualquier compromiso con el antisemitismo y el racismo en las estructuras que financiamos. »
Señal de que la polémica ha tomado un delicado cariz político, tanto Digital Realty como la dirección del MuCEM rechazan cualquier entrevista o comentario, conformándose con un breve comunicado conjunto en el que explican que el fin de este mecenazgo se decidió de “muto acuerdo” para que “el museo prosiga su misión de servicio público en un contexto pacífico”.