En primer lugar, la larga ola de la pandemia de Covid que ha afectado a jóvenes muy jóvenes encerrados durante mucho tiempo en hogares sin escuela y sin relaciones sociales, pero también los riesgosos efectos de nuevas adicciones insidiosas como las de Internet y las redes sociales. El aumento de los psicofármacos entre los niños y los jóvenes también podría explicarse por estos dos grandes fenómenos de nuestro tiempo: el consumo entre cero y diecisiete años prácticamente se ha triplicado en menos de diez años, pasando de 20,6 paquetes por cada 1.000 niños en 2016 a 59,3 paquetes en 2024, mientras que la incidencia se ha más que duplicado (del 0,26% al 0,57%, en la práctica un menor cada 175). Cifras que se disparan, alcanzando su punto máximo en el grupo de edad entre 12 y 17 años donde observamos un consumo de 129,1 sobres por cada mil niños con una incidencia del 1,17%, en la práctica más de un adolescente de cada cien hace uso continuo de medicamentos psicotrópicos. Los medicamentos utilizados para tratar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) están experimentando un crecimiento real (+25% en sólo un año). Con estas cifras, Italia todavía está lejos de otros países, como Estados Unidos, donde casi uno de cada cuatro adolescentes consume psicofármacos, pero la tendencia al crecimiento parece ahora muy clara.
Los datos sobre este preocupante crecimiento figuran en el último informe OsMed 2024 sobre el uso de medicamentos en Italia, publicado recientemente por la Agencia Italiana de Medicamentos (Aifa). “Este aumento no nos sorprende, porque es paralelo al aumento de la prevalencia de trastornos mentales entre personas muy jóvenes que hemos detectado en los últimos años”, explicó ayer la Sociedad Italiana de Psiquiatría. El crecimiento del uso de medicamentos psicotrópicos, cuyo consumo aumentó un 8,6% el año pasado, marcó también la entrada de este tipo de medicamentos entre los más utilizados por los menores de 18 años. El año pasado, según datos de Aifa, alrededor de 4,6 millones de niños y adolescentes de 0 a 17 años en Italia recibieron al menos una receta farmacéutica (fueron 4,4 millones en 2023): prácticamente la mitad de la población pediátrica. Pero si se tienen en cuenta todos los paquetes vendidos a niños (más de 20 millones), son más de dos medicamentos cada uno. Y entre los 30 fármacos más utilizados –donde predominan los que combaten las infecciones respiratorias, incluidos los antibióticos– hay también seis que afectan al sistema nervioso central. Entre los medicamentos de salud mental más prescritos a menores encontramos especialmente antipsicóticos, antidepresivos y medicamentos para el TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad), cuyas prescripciones aumentaron un 24,9% en tan solo un año. “Teniendo en cuenta que la mayoría de las prescripciones de medicamentos psicotrópicos se concentran en el grupo de edad de 12 a 17 años, la distribución porcentual del consumo entre las diferentes subcategorías pone de relieve que la prescripción de antipsicóticos es elevada en todos los grupos de edad, mientras que la de medicamentos contra el TDAH es elevada en el grupo de edad de 6 a 11 años”, destaca el informe de la Agencia Italiana del Medicamento.
En términos generales, según los datos de AIFA, el gasto farmacéutico siguió aumentando el año pasado, registrando un +2,8% respecto al año anterior, alcanzando los 37,2 mil millones de euros, de los cuales tres cuartas partes fueron pagados por el servicio público, mientras que los gastos realizados por los ciudadanos para comprar medicamentos ascendieron a 10,2 mil millones, con un ligero descenso (-4,6%),: 1,6 mil millones se gastaron en la compra de medicamentos de clase A, reembolsables pero adquiridos por el sector privado; 7 para medicamentos de clase C pagados íntegramente por los ciudadanos. Los ciudadanos también son responsables de alrededor de 440 millones en concepto de copagos de recetas y de 1.000 millones en la compra de medicamentos de marca en lugar de equivalentes reembolsados por el Servicio Nacional de Salud, que están creciendo ligeramente: en 2024, representaron el 23,5% del gasto y el 31,6% del consumo. A pesar de esto, Italia ocupa el tercer puesto en Europa en consumo de genéricos.
En lo que respecta al consumo general, los medicamentos contra el cáncer siguen encabezando el gasto, y los italianos siguen abusando de los antibióticos, mientras que hay un auge de los medicamentos contra la obesidad, que han entrado entre los 10 medicamentos recetados en los que más gastan los ciudadanos.