Florencia, 13 de diciembre. (Adnkronos) – Un descubrimiento macabro ha sacudido la tranquila aldea de Sant’Angelo a Lecore, en el municipio de Campi Bisenzio, en las afueras de Florencia. El cuerpo de un hombre de 32 años fue encontrado en una casa de via Ippolito Nievo, escondido en un baúl y en avanzado estado de descomposición. Según las primeras reconstrucciones, el cuerpo podría haber permanecido escondido unos dos años, pero de momento no hay certeza.
La alerta la dieron los vecinos, sospechando de un mal olor persistente, que avisaron a la policía de tránsito. La policía municipal ya había intervenido la tarde del viernes 12 de diciembre para realizar una primera comprobación de un informe sobre la anciana madre de la víctima, pero sin encontrar nada. Sólo durante una segunda inspección, la mañana del sábado 13 de diciembre, la policía descubrió el cuerpo en una habitación cerrada con llave.
La madre del hombre fue encontrada en grave estado de desnutrición y trasladada de urgencia al hospital Careggi. Con ella también vivían sus otros dos hijos, un niño y una niña de entre 30 y 40 años, interrogados por investigadores de la policía local de Campi Bisenzio, bajo la coordinación del fiscal de turno, Lorenzo Boscagli.
Las primeras investigaciones no revelaron rastros de violencia en el cuerpo del hombre de 32 años, el menor de los tres hermanos. La causa y la fecha exacta de la muerte aún no se han esclarecido y la presencia del cuerpo en el maletero durante aproximadamente dos años sigue siendo por el momento sólo una hipótesis. Las autoridades están reconstruyendo las circunstancias del encubrimiento y tratando de entender si hubo responsabilidades dentro de la familia. El incidente dejó en shock a la pequeña comunidad local. Los concejales de Servicios Sociales y de Seguridad del Municipio también intervinieron en el lugar, mientras que la Misericordia trasladó el cuerpo al Instituto de Medicina Legal de Careggi, donde la Fiscalía organizará la autopsia.
El caso plantea dudas sobre las condiciones de vida de la familia y la idoneidad de las intervenciones de los servicios sociales, dado que desde las primeras investigaciones la familia no fue seguida por trabajadores sociales. Las investigaciones continúan para aclarar todos los detalles, incluido quién podría haber escondido el cuerpo en el maletero. Una historia dramática que parece mezclada con la soledad y la miseria.