La fecha hace que esta visita sea simbólica. Veintiún años después de la muerte, en Clamart (Altos del Sena), de Yasser Arafat, presidente de la Autoridad Palestina que había recibido los honores de la República, Emmanuel Macron recibe a su sucesor, Mahmoud Abbas, en el Elíseo, el martes 11 de noviembre.
La visita debería confirmar que París no ha olvidado nada de su compromiso histórico con la creación de un Estado palestino pacífico junto a Israel. “después de un paréntesis que vio a la diplomacia francesa deshilacharse y romper con su constancia y coherencia en la cuestión palestina”juzga el historiador Vincent Lemire, coautor del exitoso cómic Historia de Jerusalén (Ed. Les Arènes, 2022). Esta invitación demuestra también que Mahmoud Abbas, un nonagenario exhausto, desacreditado e impopular incluso entre los palestinos, sigue siendo un interlocutor clave a los ojos de la diplomacia francesa.
Los dirigentes francés y palestino son actores secundarios en el plan de Donald Trump que condujo al alto el fuego firmado entre Hamás e Israel el 10 de octubre para garantizar, en palabras del presidente estadounidense, una “paz eterna” entre Israel y Gaza. Mientras existe una tregua incómoda en el enclave palestino y las próximas etapas del programa estadounidense se están elaborando gradualmente, Francia busca recuperar influencia y dar voz a la Autoridad Palestina.
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