CERCOLA Una tarde a las nueve de la mañana de mediados de diciembre, una nube de niebla envuelve el estadio Piccolo de Cercola. Del frío y la humedad, el primero en salir es un chico de 43 años que encabeza el grupo, calzando botas de fútbol sala. se llama Emanuele Calaiòmarcó en la Serie C, Serie B y serie AFue protagonista del viaje del Nápoles del C al A y ahora no quiere parar, “pero si vuelvo a jugar con zapatos con tacos altos me duelen las pantorrillas”, admite sin problema. el llego Tercera categoría Viste la camiseta del Zeta Napoli y haz realidad el sueño de toda tu vida: “Jugar con mi hijo”.
Y cuando los demás compañeros entran al campo detrás de él, él también aparece. Jacopo Calaioquien tiene 20 años y comparte camiseta y vestuario con su padre desde hace varios meses. “Para mí es maravilloso pensar en jugar con él. Un padre que me transmitió el sueño de ser futbolista y aunque no lo logré a nivel profesional, siento un gran placer tenerlo conmigo”, admite Jacopo que, para todos sus compañeros, simplemente se ha convertido JCcomo lo expresó el comentarista de SkySport Gianluigi Bagnulo de la voz oficial de Zeta Napoli.
PADRE-HIJO
Él y papá Emanuele se miran con complicidad. “Más que un padre, es un hermano para mí”, admite. “Como es joven y comprensivo, se identifica mucho con el papel de amigo. Y además tenemos la posibilidad de discutir siempre muy abiertamente, incluso fuera del campo”, añade Jacopo. “Me como las manos cuando le veo jugar”, responde Emanuele. “Por las cualidades que tiene, fácilmente podría haber tenido una carrera más importante que la mía. Me gusta de él que siempre lo toma con una sonrisa. Además, su pasión me recuerda mucho al joven Emanuele, ese niño que soñaba con ser futbolista”. El destino quiso que no sólo jugaran juntos, sino que incluso se encontraran uno al lado del otro en el campo, porque Emanuele es el delantero centro del equipo. Zeta Nápolesmientras que Jacopo es un extremo ofensivo con costumbre de marcar. “En teoría es él quien debería ayudarme porque soy mayor, mientras que en el último partido fui yo quien lo mandó a portería”, bromea el padre.
“La tabla de goleadores dice que él marcó 8 goles y yo 4, pero esta vez fue generoso”, responde bromeando su hijo. Y el último partido contra el Pimonte fue decisivo al marcar la pauta y hacerse con el primer puesto de la clasificación con 13 puntos. Con cuatro victorias y un empate, el equipo del presidente-YouTuber El Italo, fundador del proyecto Antonio Pellegrino (para todos ZW Jackson) y entrenado por el ex Avellino Antonio Zito Está camino de ganar el Grupo B del campeonato de tercera categoría.
Hay una defensa Andrea Cannavarohijo de Fabio que levantó el Mundial y el Balón de Oro en 2006, mientras en el medio del campo los tiempos los dictan Jose Vives que jugó más de 100 partidos de la Serie A entre Lecce y Turín. ¿Y adelante? Los goles los garantiza la familia Calaiò. “A los 43 años, no puedo competir con niños que son dos veces más rápidos que yo, pero jugar con mi hijo a mi lado me da nueva energía y estimulación”. También porque el pasado no puede desaparecer en un segundo.
“Hablar de fútbol con un futbolista como mi padre es el pan de cada día en nuestra casa, pero durante el día también hay más. “Papá me enseñó mucho, pero sobre todo humildad y generosidad”, añade Jacopo. Antes de entrar al campo, siempre besa el tatuaje con las iniciales de sus abuelos, porque la familia es algo sagrado en la casa Calaiò. El coro admite “Generoso”, la buena sangre no miente.
EL FUTURO
El próximo partido se jugará contra Trecase Calcio 2025 pero Emanuele Calaiò mira más allá. “Queremos ganar el campeonato y ascender y tal vez en unos años incluso pueda parar”. Jacopo está cerca, escuchando y sonriendo desde abajo. “¿Parar? Mientras sus piernas aguanten, será maravilloso verlo en el campo”. Una cosa es segura, cuando el Zeta Nápoles Él juega, todos sus ojos están puestos en su padre. “En esta categoría también nos encontramos con gente de mi edad – explica Emanuele – gente que estaba en la esquina de San Paolo cuando yo jugaba y ahora tal vez deberían marcarme. Me gusta el máximo respeto que encuentro en todos. Por supuesto, hay quienes quieren causar una buena impresión y salir más fuertes o intentar jugar el partido de su vida, pero en la tercera categoría hay que aceptarlo. Sólo un padre”. Siempre estoy dispuesto a echarle una mano o dejar que se apoye en mi hombro”. Aquí está la mejor asistencia, que vale el doble si viene de alguien que siempre ha estado acostumbrado a marcar goles en la vida.