Frente al edificio que alberga el gobierno rumano, iluminado por cortinas de guirnaldas navideñas, varios miles de personas de todas las edades se reunieron el viernes 12 de diciembre en la plaza de la Victoria para exigir nuevas leyes en materia de justicia y la dimisión de los ministros de Justicia, Radu Marinescu, y del Interior, Catalin Predoiu, ex ministro de Justicia (2019-2023). “El gobierno debe actuar porque, como habéis visto en Bulgaria, un error y todo puede cambiar”. exclama Florica Rusen, una jubilada de 66 años. En el país vecino, el primer ministro Rossen Jeliazkov dimitió el jueves tras protestas masivas contra la corrupción.
En comparación, las manifestaciones son menos grandiosas en Rumania, mientras que los manifestantes recuerdan a los de 2017, cuando cientos de miles de personas pidieron la independencia del poder judicial. Esto no impide que una onda expansiva sacuda el país durante tres días, tras la difusión, el martes, de una investigación en vídeo por parte del medio independiente Recorder. “Justicia capturada”que ha acumulado casi 4 millones de visitas en YouTube en un país de 19 millones de habitantes. Luego fue transmitido por la televisión pública el miércoles, registrando uno de los mayores picos de audiencia del año. Florica Rusen admite la investigación “abre los ojos”mientras Víctor Lisman, estudiante de informática de 22 años, cree haber podido señalar hechos “ya conocido” dirigido al público en general sobre un tema “importante para la democracia”.
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