Bajas tasas de crecimiento, factores restrictivos estructurales y riesgos geopolíticos: las previsiones actualizadas del Ifo aumentan las preocupaciones sobre la sostenibilidad futura de Alemania.
Dado el ya débil nivel inicial, este ajuste es bastante explosivo: subraya que Alemania está estructuralmente atrasada en esta fase de la recuperación global y es incapaz de traducir los impulsos económicos en dinámicas sostenibles.
“La economía alemana se está adaptando lenta y costosamente”
“La economía alemana se está adaptando a los cambios estructurales mediante innovaciones y nuevos modelos de negocio de forma lenta y costosa”, afirma Timo Wollmershäuser, director de economía de Ifo. Además, las empresas y las nuevas empresas en particular se verían obstaculizadas por obstáculos burocráticos e infraestructuras obsoletas.
Mientras que otras grandes economías, en particular Estados Unidos, están creciendo mucho más vigorosamente, en Alemania se está arraigando un patrón de baja disposición a invertir, débil crecimiento de la productividad y altos costos de ubicación. El Ifo no pinta un escenario de crisis aguda, sino más bien el cuadro de un país que sigue perdiendo terreno en comparación internacional.
Presiones externas: el regreso de los riesgos aduaneros
La principal novedad en el pronóstico del Ifo son los aranceles estadounidenses bajo la presidencia de Donald Trump. Aunque la UE y Estados Unidos han desactivado un conflicto comercial abierto por ahora, persisten los aumentos de los impuestos a las importaciones de automóviles, acero y aluminio. Esta es una carga directa para una economía orientada a la exportación como Alemania.
El Ifo fija el freno al crecimiento en 0,3 puntos porcentuales para 2025 y 0,6 puntos para 2026. Se trata de valores significativos en una fase de bajo crecimiento. Además, el tipo arancelario inmediato tiene menos impacto que la incertidumbre continua. Lo que es más grave es que las empresas están posponiendo inversiones, las cadenas de suministro se están recalculando y los riesgos políticos y económicos se destacan cada vez más a la hora de tomar decisiones sobre ubicación.
Debilidades estructurales: el verdadero talón de Aquiles
Pero, según el análisis de los investigadores de Múnich, el problema casero es aún más grave. Alemania se está adaptando lentamente a los modelos de negocio digitales, a los procesos de producción energéticamente eficientes y a la administración moderna. El resultado es un retraso en las inversiones que limita las capacidades de producción.
Los principales obstáculos incluyen:
- Obstáculos burocráticos y largos procedimientos de aprobación,
- altos costos de energía y mano de obra,
- una fuerza laboral que envejece y una oferta laboral estancada,
- infraestructura inadecuada.
El gobierno federal está lanzando programas de miles de millones de dólares para defensa, infraestructura y ayuda, pero su efecto económico sigue siendo limitado y extendido en el tiempo. Según cálculos del Ifo, aumentarán el crecimiento en 0,3 puntos porcentuales en 2026 y 0,7 puntos porcentuales en 2027. Por lo tanto, son útiles, pero no constituyen un punto de inflexión estructural.
El mercado laboral: estabilidad en la fase de estancamiento
A pesar de la debilidad económica, el mercado laboral sigue siendo un ancla de estabilidad, continuaron los investigadores. Aunque el desempleo aumentará en el corto plazo, se espera que se estabilice en 2026 y disminuya ligeramente en 2027.
También se espera que la inflación se estabilice en torno al 2%. Un valor que apoya tanto el consumo como la planificación de la política monetaria. Sin embargo, esto es sólo un consuelo limitado para una economía estancada en términos reales: un mercado laboral estable no sustituye al crecimiento.
¿Y cómo están los demás? El mundo se esta alejando
Lo que es particularmente digno de mención es la mirada a la dinámica global. Según Ifo, la economía mundial crecerá aproximadamente un 2,5% anual entre 2025 y 2027. Alemania, sin embargo, no se beneficiará en absoluto.
Esto indica un problema de competencia. Las industrias exportadoras están perdiendo participación de mercado, no sólo debido a los aranceles, sino también a los cambios en la demanda en China, retrasos tecnológicos y desventajas en materia de precios.
Esto coloca a Alemania en una posición peligrosa. A medida que el capital y la producción industrial se redistribuyen globalmente, la ubicación corre el riesgo de perder sus fortalezas tradicionales en los segmentos de ingeniería mecánica, fabricación de automóviles e insumos industriales.
¿Qué tan explosivas son las nuevas predicciones?
El nuevo pronóstico del Ifo no es un mensaje de advertencia a corto plazo, sino más bien una indicación de un problema estructural más profundo. Es explosivo por tres razones:
- El crecimiento débil se vuelve normal: Con un crecimiento inferior al 1,2% en los años posteriores a 2025, existe el riesgo de que continúe el estancamiento. Esto tendría consecuencias a largo plazo para la prosperidad, el presupuesto nacional y la capacidad de inversión.
- Los shocks externos se encuentran con las debilidades internas: Los aranceles, las incertidumbres geopolíticas y el debilitamiento de los negocios con China son todos manejables en una economía sólida. Sin embargo, en una economía con problemas estructurales, tienen un efecto acumulativo y persistente.
- El ritmo de las reformas va a la zaga del problema: Sin una profunda modernización del Estado, la infraestructura y el mercado laboral, será difícil aumentar la productividad. Los programas de miles de millones de dólares por sí solos no son suficientes.
Las previsiones del Ifo son un aviso, pero no hay que entrar en pánico
La revisión de las previsiones es una señal grave, pero no un presagio de una crisis económica aguda. Alemania está al comienzo de un largo proceso de ajuste en el que se debe lograr nuevamente el crecimiento. Esto requiere inversión, digitalización, una regulación más eficiente y una mayor integración en los futuros mercados globales.
La explosividad no reside tanto en los datos del Ifo a corto plazo sino en la tendencia: si no se pueden aliviar los frenos estructurales, la “erosión del lugar” contra la que advierte el Ifo podría volverse más grave. Las perspectivas actuales muestran claramente que ahora hay poco tiempo para ello.