Detrás del sabotaje que hizo estallar los gasoductos Nord Stream 1 y 2 en el mar Báltico en septiembre de 2022, cortando para siempre el suministro de gas ruso a Alemania, no hubo mercenarios ni un complot ruso u occidental, sino el Estado ucraniano. Los investigadores federales alemanes llegaron a esta conclusión después de tres años de investigación, como informa el Wall Street Journal.
la acción
Según se informa, la operación fue dirigida por el entonces comandante en jefe de las fuerzas armadas de Kiev, el general Valeriy Zaluzhny, ahora embajador en Londres y principal oponente político del presidente Volodymyr Zelensky. Un giro que sacude el equilibrio europeo y debilita el frente de apoyo incondicional a Ucrania. Según el WSJ, la policía de Potsdam ha reconstruido toda la cadena de mando del sabotaje. Sería “una unidad militar ucraniana de élite” que actuaría “bajo la supervisión directa del general Zaluzhny”.. El objetivo era reducir los ingresos petroleros de Moscú y los “vínculos económicos con Berlín”. Para los agentes alemanes, esto no fue una acción individual, sino una misión militar estatal. El grupo de saboteadores (tres soldados, cuatro buzos) habría viajado desde Rostock a bordo del yate Andrómeda para colocar los explosivos. El punto de inflexión en la investigación llegó con una fotografía en blanco y negro: el rostro de un buceador, inmortalizado por un radar alemán e identificado en pocos minutos mediante un software de reconocimiento facial. A partir de ahí, los detectives rastrearon una red de pasaportes falsos pero de personas reales, propia de las operaciones de los servicios especiales de Kiev. El presunto coordinador del bombardeo, el ex oficial del SBU Serhii Kuznietsov, fue arrestado en Italia el 22 de agosto gracias a una “alerta silenciosa” colocada en su pasaporte por la policía alemana. Encerrado en la prisión de Ferrara, en huelga de hambre por sus condiciones de detención, Kuznietsov espera la decisión del Tribunal Supremo sobre su extradición a Alemania. “Soy un prisionero de guerra y mis derechos como ser humano han sido violados”, escribió en una carta a su abogado. Es probable que las consecuencias políticas de la investigación sean perturbadoras y divida a Europa. En Polonia, los sospechosos son considerados héroes. Para el primer ministro Donald Tusk, “el problema no es que el gasoducto haya sido destruido, sino que fue construido”. Varsovia se niega a extraditar a uno de los 7 miembros del comando y califica la investigación alemana como “un acto de ingratitud hacia quienes luchan contra Putin”.
Ayuda
En Berlín, sin embargo, el partido de derecha AfD está enojado por el aumento de los precios de la energía tras las explosiones y exige una reducción de la ayuda a Kiev. Un dolor de cabeza para el canciller Friedrich Merz, que a pesar de una mayoría dividida defiende su apoyo a Ucrania. “Si se confirma este avance ucraniano, el impacto sobre la cohesión europea será devastador”, comenta una fuente diplomática alemana. Zaluzhny goza de la simpatía de Trump y su caso tiene implicaciones internas explosivas. Después de detener con éxito a los rusos a las puertas de Kiev y liderar la contraofensiva de 2022, Zelensky lo destituyó en febrero de 2024. Y el mismo día que estalló el asunto Nord Stream, Kiev se vio abrumada por otro escándalo: las agencias anticorrupción Nabu y Sapo anunciaron que habían llevado a cabo una operación que golpeó el corazón económico del poder. Entre los nombres que figuran en la investigación “Midas” sobre sobornos para subcontratos de Energoatom, destaca Timur Mindich, ex socio y para muchos la sombra de Zelensky, cofundador de la productora Kvartal 95, ahora prófugo. El sabotaje de Nord Stream y el asunto Mindich amenazan con deslegitimar a Ucrania mientras Pokrovsk está al borde de la capitulación y la campaña de invierno de Putin se prepara. Es por esta razón que Zelensky define radicalmente “cualquier acción eficaz contra la corrupción como necesaria” y “la inevitabilidad de las sanciones” como esencial. Para Europa, que apoya a la máquina de Kiev desde hace tres años, se trata de una prueba de confianza sin precedentes. Para Zelensky, que ve reaparecer el fantasma de su rival Zaluzhny, esto podría ser el comienzo de un enfrentamiento que también podría afectar el curso de la guerra.
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